martes, abril 03, 2007

Una historia con tintes beatle de 3 caras largas, hace dos años.


Lo que ven ahí es una reliquia que tiene la astronómica cifra de… 2 años. Así es. Hace exactos 2 años que tengo esa credencial. Y ahora que lo pienso, es la primera credencial que tuve en mi vida. Ahí, tal cual lo leen: “Héctor Muñoz – The Fother Muckers”. Y era la que nos daban a los participantes de la competencia de la Convención Beatle Chilena que organizaron los días 2 y 3 de abril de 2005 para elegir a la banda que tocaría en al convención argentina.

¿Cómo fue que participamos en semejante evento, siendo un grupo que recién se estaba formando? Al comenzar el mes de marzo y las clases, Cristóbal nos cuenta que nos inscribió para competir en dicho evento que se realizaría en un mes más en el teatro Novedades. “¿Cómo hacerlo, si apenas nos hemos juntado y no hemos sacado ninguna canción vétale siquiera?”, me preguntaba yo, con algo de sensatez. Peor nos embarcamos y punto. Así nomás la cosa.

En los ensayos veíamos qué canciones beatle hacer. Revisamos un montón de ellos y nos quedamos con 3 (con los que mejor salían y más nos tincaban): Across The Universe, I’m So Tired y I Want You (She’s So Heavy). Con Cristóbal se nos ocurrió hacer una versión en clave Reggae de Across The Universe por el puro jugo nomás, pero Simón y Diego no se embarcaron. Recuerdo que la que siempre salió muy bien era I’m So Tired ( o Estoy Tan Tirado, como le gusta presentarla a Cristóbal :p). Con I Want You, pasaba otra cosa: un poderío que me erizaba todos los pelos. La clave era tocarla pesadísima, muy “stoner sabbathera”, como diría algún experto por ahí. Para ello, yo ocupé el no tan viejo truco de bajar la sexta cuerda de la guitarrra a Re. De esa forma, tenía todo un tono más grave, bien denso y desértico.

Todo iba bastante tranquilo. Decidimos tomarlo con relajo y, llegado ese Domingo 3 de abril, pasarlo la raja tocando por primera vez en público. Mal que mal, era el debut en público de The Fother Muckers, nombre que Cristóbal siempre tuvo en mente para el eventual grupo que se estaba formando. Sólo pasarlo bien, de eso se tarta, ¿cierto? Pero la ansiedad va jugando en contra, en especial con las cuerdas. Guitarra que tomaba, guitarra que le cortaba cuerda. Cuando fuimos a la reunión del Viernes previo a la competencia (con 2 representantes por grupo), le corté la cuerda del bajo “McCartney”zado del bajista de una de las bandas tributo. Tocaba algo en la guitarra negra que el wen Pancho Monzón me había prestado (la mía la había destrozado unos días antes, en lo que fue la última presentación en vivo de Los Paranoias :p) y se cortaba la cuerda. Una angustia tremenda.

Un poco más temprano ese Viernes previo, mientras los “tres caras largas” (Cristóbal, Simón y yo) practicábamos en casa del wen bajista, yo cabeceaba de sueño en el sillón. En el rato en que me quedé dormido, podía sentir a lo lejos a los cabros haciendo harmonías para llamarme. “Héctor, Héctor, ooh oh oh…” escuchaba con un pie en la realidad y el otro en el limbo. Al despertar, me dicen al unísono. “Héctor, te hicimos una canción!”. Y tocaron la canción Héctor por primera vez para mí. De inmediato, enganché con la melodía que el par de amigos había hecho y le hice arreglos de guitarra. Para las 7 de la tarde, justo antes de la reunión previa de todos los competidores, Héctor (la canción, que es pura música) estaba prácticamente lista.

Ese Domingo llegué después de las tres de la tarde al Novedades, caminando y con la guitarra al hombro. Tenía una barba más o menos larga y el pelo largo suelto, con una polera de Help!, una pinta de “destructor”, más bien un vagabundo destructor :p Los cabros llegaron juntos al rato después. Simón andaba con la caña (del carrete por su cumpleaños del día anterior) y vestido como actor joven. Cristóbal, de riguroso traje y con algunos implementos escénicos en el auto: una pequeña mesa de centro de madera, una botella de vino, una copa y una rosa para el bolsillo delantero del traje. La espera fue angustiosa en el backstage, mientras veíamos pasar gente disfrazada como los Beatles de distintas etapas. Bandas con nombres como Backbeat, Beatolds, Sargento Pimienta, Liverval (esa era de Valparaíso) y un similar etcétera nos precedió.

Eventualmente, salimos pasadas las 8 y media de la noche, casi a las 20:45 si mi memoria no falla. Nos presentaron solemnemente y conectamos nuestros instrumentos en los equipos que pusieron para todos. Y de inmediato partimos, en la que tiene que ser una de las partidas más feas, desubicadas y desafinadas de todas en la historia: un Re mayor desafinadísimo y tembloroso, con miedo en los dedos y nervio en las venas. Afortunadamente, nuestra rendición de Across The Universe salió digna y distinta a la tónica de clones vétale que se estaba dando hasta esa hora en el evento. Luego, el show en I’m So Tired, con Cristóbal sirviendo un vino que no existía en una copa de a de veras, que terminó en el suelo quebrada después del célebre “no no no”. Sólo quedaba I Want You.

En el momento en que bajé la sexta a Re, me sentí una especie de monstruo de la guitarra. Le dimos con fuerza a esa progresión heavy de acordes, con un ritmo sólido y la locura mía y de Cristóbal en escena. Simón centrado y firme, Diego dándole duro a esos tarros, yo haciendo acoples y usando el atril del micrófono, tirándolo al suelo y dejando la guitarra contra el amplificador, y Cristóbal gritando, tirándose al suelo y moviéndose para todos lados. El final extenso entre el caos, la catarsis y el rocanrol sincero, del más sincero que se pueda encontrar, ese del alma, el que no tiene fórmulas, pues es la expresión personal de cada uno de nosotros. Así fue el cierre de nuestro breve pero intensísimo set de tres canciones.

Obviamente, no ganamos. Ni siquiera quedamos entre los finalistas. Pero algo especial había nacido en ese Domingo tres de abril de dos mil cinco. De hecho, fijamos este día como cumpleaños de Fother Muckers. Ergo, hemos cumplido dos años como banda.

The Fother Muckers había tocado por primera vez frente a público. Y la primera vez fue ante puros desconocidos que reaccionaron con asombro, gusto o indiferencia. No lo sé en verdad. Pero de que reaccionaron, lo hicieron. Y mucho agua ha pasado bajo el puente para los auténticos Fother Muckers. Aún seguimos siendo “tres caras largas”. Weno, no tan largas por estos días.

2 comentarios:

noesmasqueblabla dijo...

No tengo entrevistado para mañanaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
:(

Deskalibraciones dijo...

tanto tiempo sito sin postearle,
se paso su chorizo de post komo siempre mu wenooooooooo
saludosssssssssss
soa dsk